martes, 15 de febrero de 2011

¿Kilos de más al final del verano?

Consejos para cuidar el peso después de las vacaciones
Si se descuidó en el verano, aproveche la energía de un buen descanso para corregir errores y planificar cambios. Recuerde que su salud no es un trabajo, sino la mejor inversión. Recomendaciones sencillas para encarar el año con todo
.
Si durante los últimos meses el descanso pudo más que la dieta, evite la culpa y recurra a la acción. Recuerde que las vacaciones nos ayudan a “cargar las pilas” para todo el año: aproveche ese envión para adoptar hábitos más saludables.
 Acepte que las vacaciones terminaron. Los kilos no llegan por arte de magia. El deseo de privilegiar el descanso y alejarnos de todas las obligaciones, hacen que descuidemos la actividad física y nos refugiemos en opciones rápidas y sabrosas pero cargadas de grasa o azúcar. Todos tenemos derecho a un “recreo”, pero debemos aceptar cuando suena la campana. 
 Amíguese con la balanza. No piense en la balanza como un enemigo sino como el mapa que le indicará dónde está hoy y a dónde quiere llegar. Elija un día para pesarse y descarte las excusas. Si tiene unos kilos de más, no se desespere: póngase como objetivo bajarlos y contrólese periódicamente. 
 Pida  ayuda profesional. Si le resulta muy difícil bajar de peso, una nutricionista podría ayudarlo a cuidarse sin privarse innecesariamente. Deje de lado la vergüenza por la pancita o el temor a que lo “reten”. Ud. no es el único que se relajó durante las vacaciones, y ellas lo saben. Recuerde que su trabajo es ayudarlo a alcanzar un peso saludable.
 Haga un compromiso para todo el año. Esta es una buena época para pensar en cambios. Renuévese con objetivos que estén a su alcance. Algunos ejemplos: practicar un deporte, inscribirse en un gimnasio, cocinar “más liviano”, hacer viandas saludables para llevar al trabajo, incorporar más frutas y hortalizas, o simplemente reducir la cantidad de grasa y azúcar de su alimentación habitual. Asigne fechas a los cambios y anótelos en su agenda.
 Inicie un programa de actividad física. Muchas personas consideran a la actividad física como un trabajo pesado. Elija actividades divertidas como un deporte que disfrute, o salga a correr con su familia o amigos. Mientras más placentera sea la actividad, más posibilidades tendrá de sostenerla a lo largo de todo el año.
 Controle el estrés.  Volver de las vacaciones no significa necesariamente cargarse de preocupaciones. El estrés puede liberar sustancias que contribuyen a la acumulación de grasa en la zona abdominal, lo que no sólo afecta a su peso sino que aumenta el riesgo de sufrir ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares (A.C.V.). Recuerde que para relajarse no es necesario estar a orillas del mar.
 Aleje las tentaciones. Es posible que sus amigos o familiares estén todavía con “la cabeza en las vacaciones”. Aprenda a decir que no, cuando las tentaciones pongan en riesgo su dieta.
 
Volver a cuidarse no tiene que ser un trabajo. Este año invierta en su salud y obtenga los beneficios.

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