Vivimos en tiempos de “Dietas”. No existen términos medios, los pacientes llegan deseosos por escuchar una mejor dieta que la última que hicieron y no le funcionó. En general, el pedido es: “Doctora, necesito que me diga qué puedo comer y qué debo prohibir. Solamente bajo de peso cuando me controlan y me dicen qué es lo bueno y qué es lo malo, y sé que tengo que decorar mi heladera de “verde” con productos light, y hacer desaparecer por completo los chocolates, pizzas, así como encuentros con amigos o familiares donde me tiente”.
Tantos años de dieta nos llevaron a la epidemia de obesidad que tenemos en la actualidad. Estamos acostumbrados a medir el éxito por la velocidad con que se pierde peso, pero sabemos que Un descenso de peso rápido solo nos aumenta las probabilidades de tener el conocido efecto “yo-yo”, donde los pacientes en 2 meses pierden 15 kg, y en menos de 6 meses los recuperan.
¿Cómo podemos cambiar la historia? La clave de un plan exitoso se basa en cambiar progresivamente los hábitos alimentarios, sin caer en el clásico “no puedo comer nada porque estoy a dieta”. La propuesta es armar un plan inteligente en base a los gustos de cada persona y aprender a COMER DE LO CALORICO, POCO Y CADA TANTO, disfrutando de ese placer de comer lo que nos gusta y que todos nos merecemos. La contracara es que muchas veces optamos por lo light, y nos excedemos en la cantidad por el solo hecho de ser light, seguramente no lograremos controlar lo que consumimos perdiendo de vista las cantidades.
Se trata de EMPEZAR A ELEGIR y a decidir según lo que estamos buscando… Comer sano no implica necesariamente comer siempre lo mismo, la monotonía de la pechuga de pollo con ensalada o el almuerzo con yogurt y manzana como único camino para bajar de peso. Podemos ser creativos y variar nuestros platos, modificar los acompañamientos, y especialmente utilizar los métodos de cocción más saludables: al vapor, a la plancha, a la parrilla, al horno. Es fundamental seleccionar los nutrientes y ser cuidadosos con el aporte de grasas en la preparación y lo que es aun más importante estar atentos al tamaño de la porción.
Somos PROTAGONISTAS de nuestros actos, dedicar 30-40’ a hacer ejercicio y planificar nuestras comidas, disponiendo en la heladera y en la oficina de alimentos saludables, seleccionando un menú acorde en el restaurant y armando un ambiente seguro en el trabajo, libre de galletitas o golosinas que nos incitan al picoteo. De esta manera, estaremos optando por una mejor calidad de vida y finalmente lograr nuestro objetivo: controlar nuestras acciones, para que el resultado, bajar de peso, sea finalmente la consecuencia.
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